1
Cuando me permito descansar mis ojos
en el paisaje atemporal de tu retrato
por un instante creo
a veces
de nuevo.
Creo que una mañana despertaré sorprendido
por el sonido de tus labios besando mi cuerpo
Creo que tendré tu rostro frente a mí de nuevo
para tomarlo entre mis manos cual si fuese lo único tangible.
2
Las palabras fuertes se olvidan
sólo las caricias quedan
y si volvieras ahora
te abrazaría llorando.
viernes, 28 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El hedor a verguenza
ResponderEliminarde la sangre en la boca,
de palabras
sin poesía,
de los ojos
apretados con fuerza,
de rabia contenida
en un ínfimo pecho.
El suelo hizo las rodillas.
Jugaba para mirar
hacia otro lado,
y aún sin saber nada
ya sabía demasiado.
Los juguetes sin marca
que volaban aún
con alas rotas...
(Continuará)